-Yo no podré afirmar si la dulce mi enemiga gusta o no que el mundo sepa que yo la sirvo. Sólo sé decir, respondiendo a lo que con tanto comedimiento se me pide, que su nombre es Dulcinea; su patria, el Toboso, un lugar de la mancha; su calidad por lo menos ha de ser de princesa, pues es reina y señora mía; su hermosura, sobrehumana, pues en ella vienen a hacer verdaderos todos los imposibles y quiméricos atributos de belleza que los poetas dan a sus damas: que sus cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve y las partes que a la vista humana encubrió la honestidad son tales, según yo pienso y entiendo, que sólo la discreta consideración puede encarecerlas, y no compararlas.
Don Quijote de la Mancha- Capítulo XIII "Don Quijote y Vivaldo"
Tu sonrisa, dulce enrejada tras esos armónicos alambres, custodios de perfección y también de incómodos dolores. Tus besos, tormenta agitada en el huracán más vivo de colores y arcos, de atrapados sueños que enrejados recorren el largo y ancho de su celda, mi corazón y cabeza que por misteriosas fuerzas son enjaulados por finas y agudas espinas de rosa. ¿Por qué si el amor es tan lindo? pero el respeto y marcado orgullo de mantenerse al margen de los lazos de un amigo es el cierre de espino que delimita los sueños, el sentirse un Paris admirando el amor de Julieta y Romeo, nadie sabe más que él, que quizá podría haber amado más a Julieta. Oh! corazón rendido a la locura de la sangre, al vicio de amor, ¡oh! poética belleza por qué no miras a este justo hombre, por qué no alzas tus manos y recibes este enajenado corazón obligado a residir fuera de la cálida luz del amor, este corazón amable que ama sin sentido, que vaga en la oscuridad implacable y cruza los desiertos más inhóspitos buscando la dulzura de tus ojos y la candela de tus llamas, doncella de ternura, marquesa de dulzura, duquesa de armonía y reina del corazón, de éste, mí corazón.