En un simple suspiro la construcción del palacio nosotros se destruyó...
Materiales imperfectos me fueron vendidos, eran hermosos, eran sólidos y eran preciosos. Pero ese Mundo de Preciosos y Bellas se derrumbó, lloro desconsolado vagando por sentimientos, por dolores y bellas utopías, días grises acompañan mi dolor, días tormentosos desde la destrucción, los vientos bravos están siendo incitados por la rabia que guarda mi ser al no poder expresarse libremente.
Al ver una pequeña estructura un simple indicio de reconstrucción me exalto y como un perro hambriento a un trozo de carne corro, amándote con mis ojos, y sonriendo y llorando por lo que vamos a reconstruir, pongo una piedra la remueves con tal rudeza que los cimientos reconstruibles los vuelves a destruir dejando mi corazón exacerbado de furia e impotencia por cruel rudeza y por tal fechoría.
Mi corazón llora sus lastimas solo, llora cada desplome, llora cada segundo, cada instante, una hipérbole magnifica exageración monumental, destinos unidos y separados por simples hechos, y cobardías, mal interpretaciones que hacen jugar a niños con un fuego abrumador quemando todo al paso y dejando libre la destrucción. Vago por esos lugares en donde no pude construir nada, vago buscando la solución de por último dejarlo limpio, vagando cual vagabundo desangrado de sangre comida, bebida, sin ánimo, desechada, escupida, despreciada. Vago... vagar, destruir, reiterar, reintentar, volver a fallar...


Caigo en desgracias monologo de penas, cada tono gris es culpa de mi pena, cada centímetro de triste sorpresa es mi culpa, magna culpa culpabilidad, juez insensato, malvado ser, que en mi vives, tu eras en realidad, la razón de mi ideal fallido.